Era otro abrasador día de 2054. Había sido otro tedioso día reparando los conductos de ventilación y estaba hambriento. Solo quedaban 5 botellas de propeletente del Decathlon, después de eso habría que volver al combustible hecho con microplásticos, que dejaba un olor horrible. Lamentablemente la cocina solar estaba rota y no podía permitirme desperdiciar más electricidad.
Bad Bunny Jr, mi hermano, había salido a cazar cucarachas Z y ese día esperábamos hacer tremendas brochetas de cuca aderezadas con su buena pastilla de yodo antiradiactivo.
Como siempre no había podido dormir hasta haber puesto la Nevecama a 25 grados. Era pleno Febrero y ya habíamos alcanzado 62,4° grados en Nueva Madrid . Hacía ya muchos años que solo los oligarcas podían vivir en su búnkeres subterráneos en Madrid Capital, pero eran pocos los que quedaban, poco había que hacer allí en aquel infierno donde el asfalto se derretía convirtiéndolo en una trampa mortal. La mayoría habían migrado a Nueva Zelanda, la Patagonia, Islandia o la colonia lunar, pero los pobres como yo estábamos condenados a intentar sobrevivir en los pocos lugares habitables que quedaban, como Nueva Madrid. La mayoría de ciudades grandes eran inhabitables, uno corría el riesgo de caer en una trampa canibal, pisar una carretera fundida, o simplemente quedarse sin bombona de oxígeno y morir ahogado en la siempre presente nube tóxica que envolvía todo. La maldita Cuarta Guerra Mundial entre China y EEUU había dejado demasiado radioactividad en el aire.
Me hubiese gustado hacer una exploración para lootear recursos por la capital, pero solo me quedaba un traje NBQ y estaba ya en las últimas. Además seguro que ya no quedaba nada.
Afortunadamente hacía mucho que no veía un ABM cerca de casa, y por eso por la noche me permitía salir a intentar ver alguna estrella si «la nube» lo permitía. Pero últimamente las tormentas de polvo radiactivo azotaban con fuerza el exterior.
Mi hermano estaba tardando en volver y mi hambre no hacía más que crecer, ya me habia terminado mi cerveza de orín reciclado y quería algo sólido de comer y no eso mejunges de proteína de grillo que dejaban tan mal aliento, asi que lo decidí: saldría a buscarle.
Me vestí el traje NBQ cogí el contador geiger, mi termolocalizador y mi pistola electromagnética, Badbunny Jr no podía estar lejos. Subí las escaleras apenas iluminadas que daban al exterior y con gran esfuerzo abrí la puerta después de desactivar los sistemas de seguridad. Cerré la puerta lo más rápido que pude y empecé a caminar por aquél inmenso desierto.
El imprudente de Jr se había marchado sin localizador y me tocaba buscarle con mi termolocalizador. El nido de cucarachas Z estaba apenas a 600 metros, pero me parecieron kilómetros por la fuerza del viento radiactivo. Cuando estuve cerca, el termolocalizador empezó a pitar, 4 personas estaban enfrente mío. Justo la tormenta empezó a amainar en este instante y pude discernir con horror que no eran personas sino que 4 ABM (Armas Biológicas Modificadas) estaban devorando el cuerpo de mi fallecido hermano. Eran 4 grandes palomas mutantes, deformes y horrorosos con las plumas y los cuerpos negros, a la vez que deslumbraban por sus destelledos de morado y verde fluorescente.
Una se percató de mi presencia, se dio la vuelta y soltó un espectral graznido alertando a sus compañeras, me di la vuelta y empecé a correr. El batir de sus grandes alas levantó más polvo entorpeciendo mi visión, corría sabiendo mi dirección pero algo desorientado. Las notaba cada vez más y más cerca, asustado y en plena huída tropecé con una piedra cayendo sobre mí aparatosamente.
Y entonces vi a uno de esos horribles monstruos abalanzándose sobre mí con sus afiladas garras a punto desgarrarme. A duras penas, cogí la pistola y la disparé en pleno pecho paralizándola y luego la vi desplomarse. Oí más graznidos y entré en pánico, debía seguir corriendo. Me incorporé y seguí la huida hacía mi bunker.
Entonces oí mi salvación. Escuché como se aproximaba a toda velocidad una nave de la Tesla Air Force. Oí unos disparos, unos impactos y los cuerpos de las aves desplomarse, lo cual levantó todavía más polvo. Luego la nave aterrizó verticalmente, la escotilla se abrió, vi luces y noté algo punzante clavarse en mi pierna, me sentí demasiado tranquilo por un momento y luego no recuerdo nada…
Cuando me desperté estaba de pies y manos en la nave, sentía el cuerpo entumecido y con una sensación de rigidez terrible. Sin previo aviso el comandante cyborg de apareció y me dijo «Bajo la Ley Terrestre 747 le informo que ¡Enhorabuena ha sido seleccionado por el gobierno de la ONU para donar sus órganos a un importante Senador Terrestre, gracias por su colaboración. Ahora le concederemos un último deseo. Este mensaje ha sido patrocinado por Amazon «. Maldita sea ¿como podía salvarme? ¿Que deseo podía pedir..?
-Sonido de sistema recreativo virtual apagandose –
Eduardo: ¿Bueno qué, te ha gustado Distopya 2054? Es un juegazo, ¿has visto que gráficos?
Javi: Buaa hermano esto es la ostia, super épico, me ha encantado la demo le voy a decir a papá que me lo compre por Navidad. Lo que mas me ha flipado es lo real que se ve…
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