Resistir o morir. ¿Merece la pena perecer solo en el desierto? Ante mí solo hay arena, una gigantesca frontera pedregosa que separa miseria y esperanza.

¿Desde cuándo el infierno tiene buitres y alimañas? Llevan muchas horas siguiéndome, pero les demostraré que soy más fuerte que ellos.

Oigo a mi corazón latir despacio, muy despacio, mientras los buitres planean nerviosos sobre mi cabeza esperando con avidez su alimento.

Otra vez aparecen sus rostros. ¿Dónde están mis niñas? ¿Qué os pasó? Sus pequeñas manos querían agarrarse a las mías, pero la corriente del río pudo más y se las llevó.

Un paso más, solo uno más. Me cortaría una mano por conseguir algo de agua; el viento asfixiante me roba hasta el sudor. ¿Acaso existe una muerte más cruel y dolorosa que morir de sed?

¿Acaso los pobres no podemos soñar? Mis ojos hundidos me suplican que llore, pero sé que hacerlo me arrastraría de una forma más rápida hasta la muerte.

¿Hasta cuándo podré aguantar así? Si al menos pudiera orinar lograría soportar los pocos kilómetros que me faltan.

Quizás es mejor que todo termine.

Huelo la espalda mojada de los coyotes; aúllan vuestros nombres.