Insoportable la mañana que se despide de ti
E invita a la escarcha a reposar en cenizas
Insoportable lamento que dicta al silencio
la poesía que lo acompaña
Entierro el recuerdo y lo suelto al atardecer
cuando ya no queda ni escarcha ni ceniza ni mañana
Perdida la memoria se achica la presencia
Se torna en posibles recuerdos
en mentiras dibujadas en palabras
Sobre la cama de mi niñez
Sobre el suelo de mi adolescencia
Me cubro con la cortina para destapar las ventanas
Dejar pasar al frio
que me recuerde que aun sigo viva
Dejo pasar a las palomas
A los jilgueros
A las horas del otoño
dejo pasar a todo lo que no me toque,
lo que no me de suelo
dejo pasar todo
solo por si ya no soy nada
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