¡Jolines, cómo pasa el tiempo!, se dijo. Van a dar las ocho y media y aún no has decidido. 

Vale, estás en “Ocho y medio”, justo frente a los cines Renoir. Llegas a tiempo, la película malayo-polinesa empieza a las 20:40, “Telekinesia a la pekinesa”, título extraño y sugerente, pero que, a juzgar por el afiche, podría resultar demasiado marinesca. 

Y bastante marinada había tenido con la comida de hoy, ¿a quién se le ocurre echar bacalao seco y algas a una jinestada?, solo a su amiga dublinesa, está claro. 
Por no hablar de la posterior sesión de kinesioterapia a manos de su compañera maturinesa, que había resuelto todo de una forma inesperada.

Como si de una citocinesis se tratara, se había sentido dividida. Una inestimada sensación de náusea se había apoderado de ella, y a la vez, había vuelto a sentir la sinestesia, ¿la última vez fue en los Sanfermines? 

Perfectamente dividida entre estas dos sensaciones, aún se sentía inestable, pero curiosamente se acordaba de antes de la sesión: mientras estaba en la sala de espera, había leído el suplemento del mundo. Como siempre, le había parecido un tanto folletinesco, pero la reseña de “Inescudriñable”, sobre un grupo de marinesculturetas destinados en Borneo, de la balinesa Inez Inez, le había llamado poderosamente la atención. Además, había sido premio de público y jurado en la última muestra turinesa, uno de sus festivales favoritos. Aunque esta no la proyectaban hasta las 22:45, ¿qué hacer hasta entonces?.

Venga, tienes que decidir ya qué te llevarás, si esta novela de arlequines berlineses que se te antoja tan intrigante como espinescente, y quizás, la verdad, un tanto inescrutable, o este“celestinesco” relato, “Los danzarines del cartaginés”, con esta portada tan…¿pusinesca?. ¿O es que estás bajo el efecto psicoquinésico de la sesión?
Inés, no alucines, se dijo.

-¡Inés! Se escuchó escaleras arriba.

-¿Qué?

-¿Te decides con tus entrepeines?, vamos a cerrar. Tú te vas al cine, pero yo aún tengo que ir a casa, prepararme y coger el coche para llegar a mis maitines.

Fin

¿o fines?