QUERIDO DIARIO… ¿Es así como debo empezar? Si te soy sincero, eres el primer diario que escribo, pero en las películas siempre lo hacen así. Ahora bien, no pienses que lo de «querido» significa que te tengo aprecio o que me gustas. O sea, no te conozco lo suficiente aún, ¿sabes?

Me llamo Lucas y tengo quince años y… No sé qué más decirte. A decir verdad, la idea no es mía, sino de mi psicóloga. Aunque yo me acuerdo de todo lo que hago, así que no entiendo por qué debería escribirlo si ya lo anoto en mi agenda. ¿Qué diferencia hay? Además, lo más probable es que acabes por aburrirte de mí porque no soy un chico especial ni hago cosas especiales; de hecho, no puedo ni salir de mi habitación porque, según los médicos, mi sistema inmune no funciona y es muy peligroso. Pero por favor, no me trates como si fuese diferente al resto… ya lo hacen mucho. ¡Y no entiendo por qué! Si mi habitación es enorme. ¡Incluso tengo un baño para mí solo!

Te estarás preguntando entonces por qué, después de lo que te he contado, digo que no soy especial. Y lo entiendo, dudo que hayas conocido a muchos niños con un problema como el mío, y es que yo era especial hasta hace bien poco. Pero es que ahora… ¡Todo el mundo está como yo! 

Resulta que ha aparecido un virus nuevo y nadie puede salir. Y es muy injusto porque ahora todos los niños parecen estar de vacaciones mientras que yo sigo madrugando y teniendo clases a distancia como siempre. ¿Es que no pueden hacer lo mismo los otros colegios? Para colmo tampoco puedo jugar ni ver una película porque, como todo el mundo se aburre, los servidores de las compañías de internet se han saturado. Pero bueno, no todo es malo, por fortuna tengo sin empezar el último libro de mi saga favorita así que quizá no sea mal momento para retomar la lectura.

Ha sido un placer conocerte, diario. Cuando me vuelva a aburrir, ya sé que puedo contar contigo y que no me vas a poner cara de aburrimiento ni vas a mirar el móvil.

¡Hasta la próxima!

Firmado: Lucas.