A veces

A veces la vida es injusta.

A veces.

A veces la luz viene de una ocurrencia, otras del insomnio.

A veces la música se apaga.

Nos cortan las raíces que sostienen nuestro mundo.

Encayamos en el desierto y echamos el ancla.

A veces las puertas apuntan al cielo.

A veces llueven lágrimas y nos pilla sin paraguas, en pijama.

A veces de nada nos sirven los mapas.

A veces nos pesan las dudas.

A veces nos reducen a seres de papeleo y trámites.

A veces nos cerramos en banda y tiramos la llave.

A veces nos abandonamos en el bosque.

A veces sembramos los campos con plantas carnívoras.

A veces,

tocamos la flauta,

tocamos la puerta,

tocamos a menos.

A veces

los dados nos mienten,

el dinero nos ciega,

el viento nos limpia,

y queremos más.

A veces las líneas de la palma de las manos son ríos,

escalamos al cielo y esculpimos las nubes,

hacemos planetas con pompas de jabón,

y guardamos el corazón arropado entre fantasía.

A veces orquestamos nuestra propia desgracia,

actuamos en nuestro propio teatrillo,

nos dejamos comer por los miedos,

nos envenenamos de pasión,

nos zambullimos en palabras.

A veces somos nuestro propio otoño.

nuestro propio velero,

nuestro propio festín,

nuestra propia cárcel,

nuestras propias cargas.

A veces nos encerramos en un laberinto,

a veces nos mudamos a una casa de muñecas,

a veces somos más libres dentro que fuera,

a veces somos jaulas para el resto de la gente.

A veces damos vueltas como un tío vivo,

a veces volvemos a la vida,

pintamos de nuevo,

encontramos el foco,

nos perdemos sin tiempo ni espacio,

buscamos los huecos,

desempolvamos las viejas zapatillas de bailar,

subimos la escalera, o la bajamos,

nos dejamos de estrategias,

florecemos otra vez,

sangramos, lloramos, nos enredamos,

nos liberamos, descansamos,

cortamos las cuerdas del marionetista,

nos dejamos de tanta cosa,

nos dejamos llevar, 

nos dejamos caer,

escapamos del tiempo,

volamos otra vez,

a veces, entre alquimia, entre sombras,

entre adoquines y gigantes,

entre máscaras y monstruos,

entre el pasado y la curiosidad,

entre el futuro y la imaginación,

entre paraísos y manzanas,

nos volamos otra vez,

pero siempre, no solo a veces,

nos volvemos a encontrar,

entre versos,

entre música,

entre bailes,

entre risas.

A veces, un «siempre» es un «a veces» sobrecargado de presente.

A veces, un «a veces» es un «siempre» con muy poca perspectiva.

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