Hace tiempo que tengo un melón. Un melón por abrir pero no soy capaz de desenredar e hilar fino últimamente.
No es la caja de pandora, no hombre. Es Gertrudis que tiene ahí un pequeño nudo sobre el que no quiere ser demasiado hater y acabar siendo odiada. Por eso no acaba de desenredar la bola mental.
Yo y Gertru tenemos un bloqueo. En sueños me suele desaparecer pero tengo la mala costumbre de olvidarme de los mismos al despertar.
Creo que pienso mejor en sueños o en vigilia. Luego intento escribirlo y nada. El ovillo de ideas se lía y se lía y no hay quien lo desenrede.
Y así está el melón. A la espera de ser abierto.
Pero tendrá que esperar un poco más. Porque hoy seguimos sin ser capaces de desliar.

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