El poder de la visualización

Al final sí que había cárcel, tal y como imaginé. Tantas veces me vino a la mente que supongo decidí aceptarlo, autoterapia para mitigar la angustia, “si no puedes con tu enemigo, únete a él”.

¿Por qué no me clavaste tus garras en el corazón? Ya habríamos acabado con todo de una vez. O mejor, ¿por qué no te las clavas en el tuyo? Te pegas tanto que tu pánico al abismo se abre paso en mí y me zarandea hasta nublar mi visión. Un efecto de túnel en forma de espiral que me arranca pensamientos y deseos, para luego abotargarlos Y todo por temor, ¿es ese temor el que te obliga a atosigarme, a perseguirme, a dejarme sin aliento?

Necesito separarme de mi enemigo, no le tengo miedo, pero me asfixia, no se separa, a veces consigo dejarlo atrás pero tan solo por un tiempo, convencido, apenas celebro, sé que es cuestión de tiempo volver a verle aparecer.

¿Alguien me presta un bisturí? No dejaría de ser curioso, pero creo que la única opción de salir de esta prisión es cometiendo un asesinato.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: