¿Sabes la historia de Manuel? Sí, hombre. De Manuel, el que contaba el tiempo en canciones. ¿No lo conoces? Escucha, escucha. Manuel no contaba el tiempo en minutos. Contaba en música. Sí, sí. Como te lo digo. Manuel no decía «voy en cinco minutos», él decía «voy en dos canciones». Y si las canciones duraban más o menos, pues iba antes o después. Hasta que no acababa la última, Manuel no se movía. Cuando iba al colegio, lo arrastraban sus padres; pero él seguía con los cascos puestos dentro del edificio, dentro del aula si hacía falta, hasta que terminase la canción. Los profesores le llamaban la atención al principio, pero se rindieron pronto. Al final Manuel cumplía, cuando se acababa la última canción, recogía sus cascos y volvía a atender. Cuando iba al médico, casi siempre entraba el último. Cuando era su turno, Manuel decía «entro en media canción» y el médico dejaba pasar al siguiente. Cuando empezó a trabajar, tuvo que adaptarse un poco. Si llegaba más tarde por escuchar una canción, le pagaban menos, así que Manuel madrugaba y empezaba a escuchar antes. A veces tenía que escuchar un rato de silencio, pero se decía que el silencio es una parte muy importante de la música. Bueno, he dicho madrugar, pero Manuel se dormía con la música puesta, decía que la oía en sueños. O sea, Manuel no decía «tengo veinte años», Manuel te decía «he escuchado un millón setecientas cincuenta y dos mil canciones». Manuel tuvo unas cuantas parejas, pero no duraron. Todas creían que podían cambiar a Manuel, que se le pasaría. Al principio les hacía gracia eso de «la comida está en dos canciones» o «hemos hecho el amor durante dieciséis canciones», pero al final lo mandaban a paseo. Decían que Manuel no estaba a lo que estaba. Incluso haciendo el amor, a veces se le escapaba un tarareo. Pero Manuel como si nada. Le gustaba estar solo. Decía que así la música se entendía mejor. En los conciertos no se perdía detalle y en casa podía elegir qué disco poner. Manuel, el más grande. Murió hará un par de años, se quedó dormido en su sofá con sus cascos puestos. Pero seguro que está bien. Siempre decía «dicen que cuando mueres es para siempre: será como escuchar música en bucle». Seguro que le pidió a la muerte dos canciones más antes de ir. Me lo imagino tarareando en alguna parte. Sí. Seguro que Manuel sigue escuchando música.
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