Antes la magia vivía en los cuentos, los trucos no eran tan baratos y era difícil llegar a un escenario.
Cuando la magia es una obligación que se factura y embotella,
Cuando no hay una ilusión que nos sorprenda más que otra,
Cuando tienes que estar alerta porque los «poderes» y «energías» ya no son un juego maravilloso sino el último atajo de tu amigo para sacarte hasta el hígado,
Es posible que lo más mágico sea lo que haces cada día sin que te mate en el proceso, de angustia o de tedio.
Y que construye algo, real pero mate.
Si te gritan a la cara que la magia «eres tú» cada momento, y ¡¡corre!! que se le van las vitaminas,
Igual dejadme que os alucine siendo profundamente aburrida un rato.
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