Te creías que tu vida era maravillosa.
Te decían que tenías toda la vida por delante.
Hoy tienes suerte de conservar la vida.

Creías que el chico que te molaba te iba a pedir ese fin de semana.
Ahora no sabes ni dónde está.

Pensabas que la carrera que habías elegido tenía muchas salidas profesionales.
Quizá ya nunca puedas terminarla.

Te imaginabas que tu futuro te estaba esperando con la ilusión de las cosas que estaban por llegar.
Ya no te importa el futuro. Sólo sobrevivir el presente.

Ayer soñabas con vivir en una casita con jardín.
Hoy no quedan casitas en pie.
Mañana habrá que reconstruirlo todo.

Te encantaba leer un libro a oscuras en tu habitación. Tan sólo a la luz de una pequeña linterna.
Hoy la usas para iluminar ese búnker en el que tú y tus vecinos os habéis escondido.

Ibas los viernes al cine con tus amigos.
Ayer lo bombardearon y no queda nada de él.

Te enfadabas quizá porque tus padres eran demasiado controladores contigo.
Hoy van días sin saber noticias de tu padre.

Te peleabas a todas horas con tu hermano mayor.
Le reclutaron por ser mayor de 16 años y no sobrevivió.

Tu vida ha sido destrozada. Y quizá conservas ciertas esperanzas de poder recuperar algo. Algo de ganas para seguir adelante.

La guerra es una puta mierda.
La guerra mata. Mata personas. Mata padres, madres, hijos, hermanos, familia, amigos, vecinos. Mata sueños, ilusiones, esperanzas, planes. Mata hasta los recuerdos.
Mata las ganas. Las ganas de todo.

Yo sólo he podido imaginar estas cosas de las mil desgracias que debe sufrir una persona que de la noche a la mañana se ve envuelta en un conflicto armado. Y es eso. Imaginación. Empatizo pero no puedo imaginar el dolor que deben sufrir. Dolor hasta en el alma. En Ucrania, en Palestina, en Yemen, en Siria…

Recordemos siempre que ellos organizan las guerras y nosotros morimos y perdemos todo en ellas. Todo.