Ahora tengo que trabajar, pero
¿nos vemos luego en los baños para fumarnos un piti
y quizá poner nuestros nombres unidos por un corazón del revés?
Cinco cafés con doble de azúcar.
La amargada más dulce que te vas a encontrar.
¿Me ves?
Permíteme un instante del que alimentarme,
esnifar la raya de tus ojos,
cinco minutos más,
dramatizar,
quejarme
de lo que nos duele
porque hay que airear las heridas para que sanen.
Dame un momentito
para escuchar la confesión de un desconocido al que no recordaré
porque perdoné,
para hablarte de ese desconocido y conocernos,
solo un poco,
que tengo que irme.
En lo más alto de la torre, el dragón espera que alguien lo rescate.
Dime que no tienes tiempo,
que no te interesa,
pero mírame.
La cara más amable posible,
aun cuando el cansancio me sujeta de los tobillos,
con el santo coño, aun así,
de salir de mí para bailar contigo.
Disculpa, ¿te importaría sonreír para mí?
Gracias.
La existencia es soportable gracias al olvido.
Más tiempo
espero;
espero no hacerte esperar,
sorprenderme e impresionarte,
ser agua porque agua-nta,
no abandonar mis tonterías,
unas vacaciones que duren más que un abrazo,
y el buen día que trescientas veces al día te deseo.
Más tiempo.
Solo una pregunta.
¿Sabes por qué nadie resucita?
Porque al fin pueden descansar en paz.
Deja una respuesta